Abogado Aviles

Abogado Aviles

UN VERANO DIFERENTE

 

Este es un año diferente y, por
tanto, el verano también está siendo extraño y el mes de agosto en particular.


  Otros años me estaría despidiendo
hasta septiembre, puesto que agosto en el juzgado es un mes inhábil y, salvo
las guardias, normalmente no se trabaja hasta septiembre.

Este año, sin embargo, agosto es
inhábil únicamente del 1 al 10 y entre el 11 y el 31 son días hábiles por lo
que los plazos corren y no nos podemos despistar.


   Por eso he decidido que este año
no hay vacaciones. Mi temporada de vacaciones este año ha sido el
confinamiento, durante el cual los abogados (salvo los laboralistas,
prácticamente), apenas hemos podido trabajar.


   No sé la experiencia que han
tenido otros compañeros tras el confinamiento pero la mía, que estoy más
centrada en el derecho de familia, es que muchas personas han vivido el
confinamiento como una etapa para poner cierto orden en su vida y para ajustar,
en algunos casos, cuentas con el pasado.


   Después del confinamiento mucha
gente decidió divorciarse, algunos llevaban muchos años separados de hecho y
otros lo decidieron recientemente, y también mucha gente ha decidido arreglar
temas del pasado que hasta el momento estaban sin resolver: herencias, abusos,
malos tratos, etc. La mayoría de los abusos y maltratos, por desgracia, dentro
del ámbito familiar.           Esta situación es la que he
vivido durante los primeros meses tras el confinamiento. Algunas situaciones
duras que hasta el momento no habían salido a la luz y que, de repente, uno no
quiere dejar sin resolver. No sé si otros compañeros tienen la misma
experiencia, pero me llama la atención la gran cantidad de amenazas, abusos y
malos tratos que observo en las familias, en algunos casos mezclados con
problemas de alcoholismo, enfermedades mentales, ludopatía, etc. Creo que es
positivo que el confinamiento haya hecho a las personas decir “¡basta ya!” y
enfrentarse a ello, aunque en muchas ocasiones la situación es francamente
difícil de resolver, especialmente cuando se trata de padres e hijos.


   En cuanto a los temas de menores
me había llamado la atención que la mayoría de las personas durante el
confinamiento habían alcanzado acuerdos en relación con sus hijos, pero después
de un tiempo también comenzaron los desacuerdos en temas de menores porque
algunos progenitores, aprovechando la situación generada por el Covid, han
abusado de su posición, privando caprichosamente al otro progenitor de ver a
sus hijos, dándose situaciones muy absurdas en ocasiones que, sin duda, tendrán
consecuencias.


    Estamos viviendo un tiempo
extraño y van aflorando problemas que hay que ir resolviendo, así que este mes
de agosto estaré al pie del cañón. Parece que se presenta un año judicial un
tanto movido.

 

¡Buen verano a todos y nos vemos
por aquí!